 
 
Às veces nuestros sueños caen al suelo
como pedacitos de estrellas
que poco a poco se apagan.
Nuestro corazón llora en silencio
y cuándo las lágrimas 
caen hielan todo el cuerpo,
y el corazón, de tanto amor,
se convierte en hielo
para no sufrir más, 
para ya no llorar.
Pero se te vueltas para el cielo
te darás cuenta que quedan millones de estrellas
y cada una es su sueño por cumplir 
y la fuerza de tu interior
te retirarás el hielo de tu corazón.
Solo nunca dejes de creer
porque el amor y tu sueños
son la única puerta para la eternidad.
- Dulce María Espinoza Saviñón -
 
 
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